El resultado de la investigación es una colaboración entre IPADE y el Instituto Mexicano de Oftalmología en la ciudad de Querétaro. Esta colaboración surge de la necesidad del Instituto Mexicano de Oftalmología de medir el impacto social de sus intervenciones, particularmente la cirugía de cataratas.
Las cataratas son una de las principales causas de discapacidad visual y la principal causa de seguir reversible en países de ingresos (medios y bajos), como México. El único tratamiento probado es la cirugía, un procedimiento en el cual la recuperación es mayoritariamente positiva. No obstante, para que un paciente reciba esta atención en el sector público, por lo regular debe esperar en un promedio de 14 semanas, para la cirugía más 11 semanas adicionales para procedimientos de diagnóstico.
El tiempo de espera puede ser muy crítico para el bienestar de los pacientes y los recursos limitados del sistema de salud plantean desafíos importantes en la prestación de servicios de salud adecuados, particularmente, comunidades rurales y de bajos ingresos.
En este contexto, comprender los costos y beneficios de las actividades y servicios proporcionados por organizaciones sin fines de lucro, como el del Instituto Mexicano de Oftalmología, se vuelve esencial por varias razones:
En primer lugar, ayuda a las organizaciones sin fines de lucro a demostrar su impacto social y su responsabilidad; identifica qué acciones generan los mayores beneficios y cuáles son más costosas; ayuda a optimizar la asignación de recursos y mejorar los procesos de toma de decisiones; permite medir, comunicar, reducción de costos y beneficios para mejorar la revisión de cuentas y la transparencia.
En este sentido, la pregunta que buscamos en esta investigación fue ¿cuál es el impacto social de la cirugía de cataratas bilateral en el Instituto Mexicano de Oftalmología en Querétaro, México? Para responder esta pregunta utilizamos principalmente un marco de referencia conocido como el retorno social a la inversión, que está basado en principios que permiten medir el impacto social, ambiental o económico de una iniciativa o de acciones llevadas a cabo por instituciones. Esta metodología ha sido ampliamente utilizada para evaluar una variedad de proyectos y de acciones en diferentes ámbitos, como pueden ser el desempeño del Banco Mundial en la entrega de ayuda a países menos desarrollados, entre otras.