El caso de Prison Art es un ejemplo de financiamiento con sentido humano, en el que se aborda una historia de negocio muy interesante. En ella queda de manifiesto que es posible hacer negocios apoyando una causa social. Esta historia también representa una transformación personal.
El protagonista del caso se enfrenta a diversas fuentes de financiamiento para hacer crecer su negocio de manera exponencial y, al mismo tiempo, impulsar el apoyo a una causa social. Jorge Cueto Felgueroso, fundador de Prison Art, lidera esta empresa que vende productos de piel de alta calidad: piezas únicas talladas a mano. Estos productos se comercializan a través de cuatro canales diferentes en México y a nivel internacional a través de 4 canales: las boutiques privadas, los puntos de venta, distribuidores internacionales y las ventas en línea. En estos cuatro canales, el fundador vende piezas tatuadas por presos y exconvictos que cumplen con ciertas reglas y requisitos para mantener este trabajo. De esta manera, se les brinda sustento, un propósito de vida y un nuevo camino para redirigir sus vidas.
Esta es una historia de negocios en la que el fundador, Jorge, emplea a más de 200 personas y busca una fuente de financiamiento que le permita extender esta ayuda a más de 1,400 tatuadores. El caso presenta tres alternativas para financiar el crecimiento:
Utilidades retenidas: Generar utilidades y reinvertirlas en el negocio. Esto tiene ventajas y desventajas.
Financiamiento a través de capital privado: Obtener inversión de inversionistas privados.
Financiamiento mezzanine: Un formato relativamente reciente que combina características de deuda y capital.
El caso es sumamente interesante desde una perspectiva humana, ya que nos invita a reflexionar sobre las alternativas de financiamiento viables para impulsar el crecimiento acelerado de las empresas. Además, nos muestra cómo es posible combinar los negocios con una causa social.
Una tercera idea relevante en este caso se relaciona con el sistema de readaptación social. Este tema no solo afecta a México, sino también a las economías latinoamericanas en general. Parece que aún no se ha alcanzado el ideal deseado en este ámbito. Sin embargo, tanto la sociedad como los empresarios y directores pueden colaborar para contribuir a causas como la rehabilitación de personas a través de emprendimientos con un enfoque social.