El calentamiento global, tal como lo estamos viendo, es el cambio acelerado de la temperatura en el planeta. La temperatura del planeta está variando de manera menos natural o paulatina de lo que se ha experimentado antes.
Las problemáticas cuando alteramos la temperatura natural del planeta, como estamos viviendo actualmente, son evidentes. El derretimiento de los polos ha provocado mayores niveles de agua, lo que a su vez ha calentado el agua y reducido la cantidad de hielo en los polos, aumentando el nivel del mar.
Además, el cambio climático tiene otros efectos, como el calentamiento global, más huracanes, temperaturas extremas y una disminución en la época de lluvias durante el verano. Esto afecta la agricultura, ya que la previsibilidad del agua disponible se ha reducido. Las cosechas no siempre cumplen con los estándares de calidad necesarios para el mercado debido a esta variabilidad. Además, las alteraciones en los ecosistemas y la biodiversidad son evidentes. Se pronostica que más del 70% de las especies anfibias podrían extinguirse debido al aumento de la temperatura. Esto desencadenaría una serie de cambios significativos en todos los ecosistemas. No podemos ignorar la salud humana en este contexto. El calentamiento global y la contaminación del aire están relacionados con enfermedades que afectan a nueve de cada 10 personas en todo el mundo, y cada 10 muertes están vinculadas a la contaminación del aire.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también aborda el tema del cambio climático. Nos han informado sobre prácticas que podemos adoptar, como la educación y concientización. Aunque algunas personas de generaciones anteriores pueden resistirse a aceptar el cambio climático debido a la falta de educación al respecto, es importante enseñar a las nuevas generaciones a separar y desechar la basura correctamente.
En el mercado de consumo, cada día encontramos más alimentos en envases reciclables o naturales, lo que contribuye a reducir nuestra huella de carbono.