Problemas iniciales
Hace unas semanas, se concluyó un proyecto en una empresa donde, a primera vista, el principal problema parecía ser la falta de resultados. Sin embargo, al profundizar un poco más, se descubrió que la verdadera raíz del problema no era tanto la falta de resultados en sí, sino lo que estaba funcionando bien y lo que no en esa área.
Relaciones tóxicas
Uno de los hallazgos clave fue la presencia de relaciones enredadas y tóxicas que afectaban directamente tanto la operación como los resultados de esa área. A menudo, cuando se observa que los objetivos y las metas no se están alcanzando, la tendencia es tratar de hacer correcciones superficiales. Pero al no abordar las causas profundas, es fácil perder el enfoque y desviarse de lo que realmente se necesita hacer para conseguir los resultados esperados.
Problemas fundamentales
El problema principal era que, debido a la presión del entorno, no se percibían ciertos comportamientos problemáticos. Algunas personas, por ejemplo, violaban reglas y procedimientos, robaban clientes o intentaban hacer quedar mal a otros. Esta situación creó un ambiente negativo, llevando a algunos empleados a un estado de ansiedad extremo, que incluso los obligó a recurrir a ansiolíticos para poder manejar la situación.
Soluciones implementadas
A través de un enfoque más directo, se pudieron abordar estos comportamientos y corregirlos. En algunos casos, fue necesario separar a ciertas personas de la organización, ya que el daño que estaban causando era significativo. En ocasiones, como líderes, es fundamental tomar decisiones difíciles para proteger la salud de la organización, lo que incluye, en casos extremos, eliminar aquellos elementos que están afectando negativamente el ambiente laboral.