El principal riesgo de la flexibilidad es el aumento de vulnerabilidad ante situaciones no previstas. ¿Cómo disminuir estos riesgos sin perder flexibilidad?
En marzo de 2011 la empresa Renesas Electronics vio afectada su producción por el terremoto que afectó la costa este de Japón. Como una de las empresas proveedoras de chips para microcontroladores en el mundo, tenía el reto de restaurar lo antes posible la producción de la fábrica de Naka. Esta fue la más afectada y servía de enlace crítico en sus cadenas de suministro. Además, había fabricantes alrededor del mundo que dependían de sus productos.
La empresa se recuperó rápidamente tras utilizar el inventario de tres meses que tenía e inició la producción de otros tres meses. El plan inicial era producir en seis meses, no en tres. Estas acciones le ayudaron a no perder clientes. Sin embargo, la duda era si habían actuado correctamente.
El riesgo de la flexibilidad ante la vulnerabilidad
Cuando se está en un entorno de alta competitividad se opta por llevar a cabo estrategias de flexibilidad. Con estas se busca ofrecer al cliente más de lo que le da la competencia, en un tiempo menor y con un valor agregado, con el objetivo de lograr una relación más estrecha con éste. Pero, ¿cuál es el riesgo de la flexibilidad que trae dicha estrategia?
Valdría la pena hacer un análisis para que cuando se construyan estructuras flexibles. Es necesario analizar la vulnerabilidad que existe y los efectos que se pueden presentar en este sentido.
Una organización que empieza cambia constantemente tiene un costo de operación mucho más alto con un costo de la retención mucho mayor. En este caso, el riesgo de la flexibilidad es elevado para la empresa pues genera una situación de fácil incompetencia a la empresa.
Cuanto más flexible es un sistema, más probabilidades de aumentar su exposición a la vulnerabilidad. Esto ocurre en temas externos e internos, como el funcionamiento del negocio, su cultura y su propósito. Debido a esto, es necesario realizar un análisis de la empresa para entender los riesgo de la flexibilidad.
Aunque pensamos que existe un solo tipo de vulnerabilidad, en realidad hay varias fuentes: financiera, estratégica, operativa o de localización, entre otras.
Ante la hipótesis de la vulnerabilidad vale la pena preguntarse:
¿Con qué frecuencia se deben cambiar los procesosoperación?
¿Cuál es la velocidad correcta de adaptación?
Parece que hay una correlación entre la velocidad de cambio cotidiana y la velocidad ante eventos de vulnerabilidad, así como con la frecuencia y la metodología.
¿Cómo atacar el riesgo de la flexibilidad en términos de vulnerabilidad?
Tener gran capacidad de organización.
Contar con buena infraestructura y recursos.
Tener procesos y personal especializado acostumbrados al cambio.
Generar equipos multitareas, fomentar el trabajo en equipo y hacer un buen entrenamiento ante las crisis.
Realizar de manera frecuente mediciones de los resultados.
Aplicar el sistema de mejoras continuas que ayuda a las empresas a nutrirse constantemente.
Contar con metas claras y comunes.
Adecuarse a procesos de producción.