El éxito, definido de manera filosófica, puede ser entendido como la congruencia entre lo que pensamos y lo que hacemos. Para lograr una carrera exitosa, es fundamental alinear nuestras acciones con nuestras convicciones. Mi historia personal se remonta a una época en la que no existía Internet. En aquel entonces, creer en el potencial de la tecnología requería una gran dosis de persistencia y resiliencia. Aunque hoy parece obvio, hace 25 años mucha gente abandonó la idea antes de que se materializara.
Además, es importante reconocer que no podemos lograrlo todo solos. Debemos trabajar en conjunto, considerando el ecosistema y maximizando nuestras contribuciones individuales. Traer talento diverso y colaborar nos llevará hacia el éxito compartido.