Poder y autoridad
Es posible afirmar que cuando solo existe el poder sin la autoridad correspondiente, la probabilidad de cometer abusos aumenta significativamente. La verdadera autoridad implica ser responsable de las personas que están bajo el cargo de un líder, y no existe mayor responsabilidad que la de cuidar a quienes han decidido colaborar voluntariamente.
El poder en las organizaciones
Uno de los aspectos más complejos en las organizaciones es el ejercicio del poder. En muchas ocasiones, este poder se percibe como algo oculto o se considera un atributo personal. Sin embargo, lo que realmente otorga valor a una organización es la capacidad de sus miembros de aportar lo mejor de sí mismos, aprovechando la combinación entre poder y propiedad.
Manifestación del poder
A menudo se escucha: “Yo soy el dueño de la empresa y puedo hacer lo que quiera”, o “Mi cargo en la organización me otorga el derecho de tomar cualquier decisión”. Este tipo de poder puede manifestarse como un atributo relacionado con el puesto que se ocupa, la herencia, el capital o alguna otra característica externa que otorga autoridad. No obstante, el poder no depende de lo que se es como individuo, sino de la posición que se ocupa dentro de la estructura organizacional. En ocasiones, se olvida que el poder debe ser una facultad orientada y debe ejercerse de manera discrecional.
Autoridad basada en sabiduría
Cuando el poder se basa en principios que reflejan sabiduría, cuidado por la organización, valores sólidos e inspiración, se habla de autoridad. Esta autoridad genera confianza entre los colaboradores, quienes saben que su bienestar será cuidado. El desafío en las organizaciones es encontrar ese equilibrio, el cual puede ser complicado en ocasiones. No obstante, no existe mayor responsabilidad que la de aquellos que buscan colaborar de manera genuina.