Perspectiva del liderazgo adaptativo
El liderazgo adaptativo es una de las perspectivas más útiles, ya que se le concibe como la capacidad de movilizar a las personas para enfrentar desafíos adaptativos y prosperar. Se trata de la práctica de movilizar a los individuos y equipos hacia el cambio necesario.
Liderazgo como acciones, no roles
El liderazgo no se define como un rol específico, sino como un conjunto de acciones. Este enfoque amplía las posibilidades para que cualquier persona, independientemente de su autoridad formal, pueda contribuir al progreso de un sistema social a través de sus comportamientos. Además, se considera que el liderazgo es una habilidad que se puede aprender y mejorar con la práctica. Las personas más conscientes de las necesidades de un sistema son las que tienen mayores oportunidades de aprendizaje.
Distinción entre autoridad y liderazgo
Una distinción importante en este enfoque es la diferencia entre el rol de autoridad y el ejercicio del liderazgo. Mientras que el rol de autoridad otorga poder a cambio de un servicio, el liderazgo se enfoca en ayudar a los sistemas a salir de su status quo y percibir realidades difíciles de ver.
Progreso del sistema y libertad en el liderazgo
El liderazgo debe siempre enfocarse en el progreso de un sistema. La tiranía, por el contrario, no contribuye al avance, pues responde únicamente a los intereses de un grupo en particular y no al bienestar colectivo. En un sistema tiránico no existe aprendizaje, sino dominio. En cambio, el liderazgo promueve la libertad, permitiendo el crecimiento y la adaptación del sistema.
Tensión entre intereses personales y el propósito
Es común que surja una tensión interna entre buscar intereses personales y seguir el propósito que subyace al problema central. Por ello, es esencial preguntarse qué se busca con cada intervención: el aprendizaje o un interés personal. El liderazgo siempre debe centrarse en el propósito, no en beneficios individuales. Se ejerce liderazgo cuando todos los actores de un sistema aprenden, lo que también implica soltar creencias previas y desaprender patrones no funcionales.
Construcción de respuestas y tolerancia a la tensión
El líder no debe apresurarse a dar respuestas inmediatas, sino más bien centrarse en la construcción de respuestas reflexivas y bien fundamentadas. Esto requiere tolerar altos niveles de tensión, ya que el conflicto no debe ser evitado, sino comprendido. Es necesario mantener la calma y reconocer que los cambios y las tensiones pueden aportar valor al proceso, ayudando a que un sistema aborde sus problemas de manera abierta.
Construcción de ambientes de contención
Una habilidad clave del liderazgo es la capacidad de crear ambientes de contención, espacios seguros donde las personas puedan expresar sus ideas y abordar sus miedos. Sin un ambiente que fomente la confianza, los individuos tienden a cerrarse. Este proceso exige paciencia, ya que no es algo que se logre rápidamente; el tiempo es un factor crucial, y los desafíos no se resuelven de manera lineal.