Entre los caminos físicos, existen dos rutas categorizadas como patrimonio cultural de la humanidad. Una de ellas es el Camino de Santiago, que llega o desemboca en Santiago de Compostela, Galicia, España. El Camino Kumano en Japón atraviesa la parte norte y varios lugares ceremoniales.
He aprendido que alrededor de medio millón de personas recorren diferentes rutas en toda Galicia para llegar hasta allí. Algunos comienzan desde regiones muy lejanas de Europa. En parte del camino, se puede optar por hacer el trayecto en barco en lugar de enfrentar la caminata típica de 20 km diarios que implica el Camino de Santiago.
El primer día, sientes dolor en las rodillas, las piernas y las plantas de los pies. El tercer día, puedes dudar si podrás culminar el recorrido, pero a partir del cuarto día en adelante, tu cuerpo se adapta y comienzas a trabajar bien. Algunos se aventuran a hacer este tránsito desde Francia durante dos meses. Físicamente, es un reto y una experiencia que me ayuda a crecer como persona.
Hay otra perspectiva al hablar de este camino: el espacio que brindan estas jornadas para entrar en contacto contigo mismo. En el mundo actual, no tenemos muchos momentos de soledad para reflexionar. Siempre estamos atendiendo actividades relevantes y complejas que demandan nuestra atención. Cuando estamos solos y trabajando, a veces nos gusta realizar actividades como el senderismo. Estas actividades nos permiten alejarnos un poco de la realidad y estar en soledad con nosotros mismos. Al enfrentarnos a esta introspección, como en el primer día o el primer momento de hablar con uno mismo los temas pendientes, las decisiones que debemos tomar y las películas que veremos comienzan a dar vueltas en nuestra mente.
Después de unos diez días, las piernas y los pies pueden resentirse debido al esfuerzo físico, pero la mente se va acostumbrando. De repente, surge un espacio. Tras haber ejercitado este proceso durante 123 días, comienza una especie de aventura intelectual. Uno podría escribir un libro o considerar diferentes hipótesis, como cambiar de vida. Aterrizamos en una reflexión más completa porque la mente ya sabe que tiene espacio para pensar, incluso frente a los desafíos que se presentan.
Estas experiencias no solo ponen a prueba nuestro físico, sino también nos brindan una valiosa oportunidad para reflexionar sobre cómo seguimos adelante en nuestras vidas.
Imagina la oportunidad que se presenta al enfrentarnos a un camino. Te brindará lecturas que no necesariamente debes compartir con otras personas que te acompañen o caminen a tu lado. Para algunos, será una reflexión más introspectiva desde una perspectiva espiritual; para otros, será una experiencia más emocional. Lo importante es atreverse a hacer algo diferente. Te invito a que consideres la posibilidad de realizar una de estas caminatas que abarcan varios días. No te arrepentirás.