Lance Armstrong fue una figura icónica en el deporte del ciclismo, después de una enfermedad de cáncer, vuelve el Tour de Francia y lo ganó de manera inesperada durante siete ocasiones seguidas, rompiendo un récord que nadie había logrado antes ni después.
Se convirtió en un representante y símbolo de lo que significa superar la dificultad, la enfermedad y mostrarle al mundo de lo que era capaz, a la cumbre del deporte mundial, en una competencia que tiene más de 20 vías y recorre más de 3000 o 3500 km llevando al cuerpo humano a su límite .
En el 2010 fue acusado de utilizar drogas durante estas competencias y fue demostrado.
Armstrong en uno de sus libros escribió, una epopeya de cómo alguien ha logrado superar la dificultad, la enfermedad y nos inspiraba a todos a llegar a ser mejores.
El caso de Lance Armstrong aborda tres ideas:
1.- La soberbia o el ser exitoso, te hace ciego al tomar las decisiones correctas de acuerdo a la integridad.
2.- La integridad que significa la del ser ético, a esto quisiera hacer referencia a un principio o una formulación de lo que es lo bueno.
Integridad es: Tu forma de comportamiento es buena, si aquello que haces, puede ser publicado al día siguiente ante la opinión pública y te sientes tranquilo de que lo sepan las personas que te conocen.
Quizá valdría la pena preguntarnos si todo aquello que estamos haciendo podríamos defenderlo ante la luz pública y nos sentiríamos tranquilos.
3. En la vida o la ruta de vida de Armstrong observamos cómo pequeñas decisiones que pueden parecer mínimas, en algún momento continuadas en el tiempo, nos llevan a un lugar donde no quisiéramos estar.
Desde el punto de vista financiero tiene mucho sentido tomar decisiones de negocio basadas en un análisis de contribución marginal, es decir que aunque no pague el precio completo del producto, si ayuda a reducir los costos fijos. Desde el punto de vista ético, moral, de integridad, las decisiones vinculadas con la contribución marginal suelen ser las erróneas porque siempre vamos a encontrar circunstancias que las justifica, por ejemplo: por qué en este momento la empresa lo necesita, porque las circunstancias me obligan, todo el mundo lo hace. Este tipo de decisiones cuando salgan en un futuro vista a la luz de la opinión pública no serán sostenibles.
La contribución marginal nunca es un buen criterio para la toma de decisiones desde el punto de vista moral.
Cuando comenzamos por una pequeña concesión, a romper nuestros principios, nuestros valores, a poner en tela de duda aquello que hemos tenido, que nos hace ser lo que somos, tener prestigio, ser gente de confianza. Cuando tomamos una pequeña decisión que parece aislada, abrimos una puerta que nos lleva poco a poco a resbalar en una pendiente que acabará por destruir aquello en lo que creíamos, que defendíamos, abre las posibilidades para que acabemos en un lugar donde no quisiéramos estar.
German Céspedes Herrera
Profesor asociado de las áreas de Empresa-Familia y Factor Humano
Semblanza
Es director académico de la Maestría para Ejecutivos con Experiencia (MEDEX) y director y profesor del área de Factor Humano. Licenciado en Filosofía la Universidad Panamericana y candidato a doctor por la Cranfield School of Management, United Kingdom. Posee un Máster en Dirección de Empresas (MEDE) por IPADE.
Miembro de la Junta Directiva, Plantas y Flores Ornamentales y de la Junta Directiva, Asociación para el Desarrollo Educativo; ambas en Costa Rica.