La autoestima es la percepción que cada individuo tiene de sí mismo. Como cualquier aspecto de la vida, es fundamental que esta esté basada en la realidad. Sin embargo, en este ámbito es fácil caer en el exceso o en el defecto.
El verdadero desafío radica en ser objetivos y en reconocer tanto nuestras virtudes como nuestros defectos dominantes. Todos poseemos defectos que no siempre logramos identificar, pero que, como menciona C.S. Lewis, son evidentes para aquellos que conviven con nosotros. La mayoría de estos defectos dominantes pueden considerarse nuestros “dragones de siempre”, los cuales nos acompañarán a lo largo de toda nuestra vida.