Las organizaciones están usando cada vez más al equipo como unidad fundamental de
trabajo. Trabajar en equipo es visto por cualquier institución como algo bueno. Ser buen
líder es lograr resultados sostenibles a través del equipo.
Uno de los elementos fundamentales de lo que constituye hacer buen equipo es la
interdependencia, es decir, que mi éxito no solo dependa de mi desempeño o mis tareas,
sino que se asocie a la dependencia que tengo de que otras personas hagan su trabajo.
Mayor interdependencia significa mayor posibilidad de trabajar en equipo.
La interdependencia en los equipos se crea primordialmente generando un objetivo en
común; hacer equipo significa que las personas conecten con un propósito colectivo. Se
crea interdependencia estableciendo responsabilidades y remuneración asociadas a una
meta en común. Hay que alinear la comunidad de la meta con la comunidad del salario y
de la compensación.
Otra forma de crearla es generando tareas de tal manera que necesitemos de los otros.
Esto no es difícil en un mundo como hoy, que tiene muchas complejidades e
incertidumbres, y en donde una persona por sí sola no puede comprender la complejidad
de un fenómeno o de un mercado porque necesitamos la opinión de los otros.
Hacer las cosas en equipo mejora nuestras decisiones. La interdependencia se crea
cuando para ser exitoso necesito de los otros. Sin embargo, con la globalización los
equipos ya no son interdependientes de la misma manera. La interdependencia es algo
que el equipo mismo debe ir creando y que se va dando según los retos. En los equipos
de ahora tenemos personas cada vez más preparadas e independientes que entienden su
realidad.
Necesitamos crear equipos que vayan respondiendo de manera rápida y flexible ante los
retos. Se trata de estructuras autónomas que se mueven dentro de sí mismas. Ya no se
trata de un equipo con un grupo limitado de personas, sino de estructuras que solicitan
ayuda a externos, por lo que son mucho más abiertas y flexibles.
Tenemos que preguntarnos qué tipo de equipo necesitamos como directores para
ejecutar de manera eficiente la tarea que tenemos enfrente y pensar en equipos que se
ajusten de manera correcta a la realidad. De esta manera se tienen equipos por proyectos
con especialistas en su área.
El equipo de alta dirección, por otro lado, depende del perfil del negocio, del tamaño, de la
extensión geográfica de la organización, etc., ya que estos equipos tienen particularidades
muy propias. La coordinación del equipo de dirección es un aspecto fundamental del
director general; éste debe generar los mecanismos para que los miembros del equipo de
alta dirección traigan a la mesa la información necesaria para optimizar las buenas decisiones y saber alinear los intereses. También se tienen que establecer mecanismos para resolver el conflicto, lo que es fundamental para formar equipos eficaces
German Céspedes Herrera
Profesor asociado de las áreas de Empresa-Familia y Factor Humano
Semblanza
Es director académico de la Maestría para Ejecutivos con Experiencia (MEDEX) y director y profesor del área de Factor Humano. Licenciado en Filosofía la Universidad Panamericana y candidato a doctor por la Cranfield School of Management, United Kingdom. Posee un Máster en Dirección de Empresas (MEDE) por IPADE.
Miembro de la Junta Directiva, Plantas y Flores Ornamentales y de la Junta Directiva, Asociación para el Desarrollo Educativo; ambas en Costa Rica.