La dignidad humana en Kant.- El tratamiento de la dignidad del ser humano en Kant y su legado para la época actual nos obligan a entender las nuevas interpretaciones que se dan en la sociedad, en especial en los jóvenes. Por ello es apropiado entablar un diálogo en torno a la vida moral, su valoración y las formas como se percibe la dignidad humana hoy en día.
La reflexión del filósofo de la Ilustración, Immnauel Kant, sobre la dignidad humana ha sido de las más destacadas en el pensamiento moderno y ha influido en la cultura política y jurídica actual con especial relevancia. En su libro La fundamentación metafísica de las costumbres, Kant dice que en el reino de los fines todo tiene un precio o una dignidad. En el lugar de lo que tiene un precio puede ser colocado algo equivalente; en cambio, lo que se halla encima de todo precio y no se presta a equivalencia alguna, eso posee una dignidad.
La idea de la dignidad humana en Kant es una prolongación de la idea de libertad. Dicho con otras palabras, la dignidad reside en la libertad, la moralidad, la racionalidad y la autonomía de la voluntad. Esto significa que Kant conecta la idea de dignidad con la libertad, la autonomía y la moral, desvinculándola un poco de la realidad ontológica de la dignidad que veíamos en Tomás de Aquino y reflexionando solo en el tema moral (los actos del ser humano).
Para Kant, el ser humano también es libre y capaz de autodeterminarse racionalmente en el plano moral, independientemente de las condiciones extrínsecas que lo rodeen. En su pensamiento comúnmente utiliza el término “fin en sí mismo”, con el que denota al ser humano. Dice que el hombre nunca será solo un medio u objeto para conseguir un fin, sino que es un fin en sí mismo. Justamente de ahí procede su dignidad; de su característica de fin en sí mismo, que lo hace único e insustituible, con un valor intrínseco que se denomina “dignidad”.
“Siendo un fin en sí mismo –prosigue–, cada ser humano es único y no puede ser sustituido por nada ni por nadie porque carece de equivalente. No posee un valor relativo, un precio, sino un valor intrínseco llamado ‘dignidad’”.
Dignidad y autonomía de la voluntad
Según la filosofía kantiana, un discapacitado, un no nacido o una persona en estado terminal, por ejemplo, no tienen autonomía de la voluntad y, por tanto, no tienen dignidad. Con esta idea se tiende a justificar el aborto, la eutanasia, la manipulación genética, la clonación, etcétera.
Kant también establece que no podría defenderse la dignidad de un solo individuo negándosela a otro. Por ello, para afirmar la validez de las acciones como morales no solo deben ser producto de la libertad racional autodeterminante y del principio de autonomía, sino que deben ser susceptibles de ser elevadas a ley general (que todos puedan quererlas igualmente).
Según Kant, por el hecho de estar dotado de racionalidad, el ser humano es capaz de dictarse sus propias normas morales, siempre y cuando estén comprendidas como ley universal; es decir, los actos están permitidos siempre y cuando sirvan de ley universal para todos.
Para asegurar ese propósito, las acciones o decisiones que se adopten deben considerar siempre la igual dignidad que corresponde a todos los miembros de la familia humana. No podría defenderse la dignidad de uno y negársela a los demás. Por lo tanto, para que las acciones o decisiones sean moralmente válidas –según el pensamiento kantiano– no solo deben ser producto de la libertad de elección y del uso autónomo de la razón (principio de autonomía), sino al mismo tiempo susceptibles de ser elevadas a ley general, es decir, que todos puedan quererlas igualmente porque satisfacen intereses universalizables, lo que implica que sean imparciales, no egoístas ni utilitaristas (principio de universalidad).
La dignidad humana en Kant lo expresa así: “Obra solo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en una ley universal”. Dicho de otra forma: “Obra como si la máxima de tu acción pudiera convertirse por tu voluntad en una ley universal de la naturaleza”.
El tratamiento de la dignidad del ser humano en Kant y su legado para la época actual nos lleva a entender las nuevas interpretaciones que se dan en la sociedad, en especial, el dominio que ejercen las nuevas tendencias sobre los jóvenes, que son los más vulnerables y receptivos. De ahí que sea apropiado entablar un diálogo en torno a la vida moral, su valoración y las formas como se percibe la dignidad humana en la actualidad.
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