Basta leer las noticias o navegar por Twitter para percibir el odio que permea en el mundo. Pareciera que hemos decidido conjugar la vida de forma belicosa y agresiva. Hoy casi todo se mide en bandos, a favor y en contra. Lo que nos une ya no son nuestras creencias sino los enemigos comunes.
La paz es una decisión personal que tú y yo podemos tomar y que empieza en nuestra intimidad. Con un verdadero esfuerzo de empatía, comprensión y sobre todo perdón, es mucho lo que puede mejorar nuestra relación con los demás.