Como sociedad, hemos intentado ocultar el sufrimiento, evitando enfrentarlo por miedo o vergüenza. Sin embargo, el sufrimiento es inevitable, como manejar un auto con dos ruedas pinchadas: tarde o temprano, el impacto llegará. Por eso, la resiliencia es clave. Todos hemos pasado por momentos difíciles, y aunque el dolor nunca parece proporcional, es parte de la vida.
Raúl Lagomarsino
Ph.D. y máster en Economía y Dirección de Empresas por IESE Business School.