“Una empresa familiar se diferencia de una empresa no familiar porque el papel que juega cada miembro está muy conectado con su identidad, incluidos los roles de poder”.
Doug Baumoel, fundador y director de Continuity Family Business Consulting.
El aspecto más desafiante de dirigir una empresa familiar es la gestión de conflictos. La consecuencia de una mala convivencia dentro del entorno familiar lleva a empresas familiares disfuncionales.
La afectación y el desgaste se potencializan de manera importante si varios miembros de la familia trabajan en la empresa, ya que los problemas familiares se trasladan de forma directa al negocio.
Además, es probable que a partir de esto surjan bandos que desemboquen, entre otros conflictos, en:
Guerras internas
Bloqueo de iniciativas
Desacuerdo con la gestión de los demás integrantes
La empresa nunca es ajena a la dinámica familiar
El hecho de que el fundador de la organización juegue un papel activo dentro de la misma, muchas veces constituye un freno ante las provocaciones negativas entre los demás integrantes de la empresa familiar.
Sin embargo, cuando el patriarca o matriarca de la compañía ya no está presente, es muy posible que emerjan ciertas disfunciones de forma descontrolada debido a la negatividad, rencores, desacuerdos o conflictos que permanecían contenidos desde mucho tiempo atrás.
Si los problemas no se resuelven totalmente desde un inicio, pueden conducir a la empresa a su quiebra financiera o a la ruptura de la familia. A veces ambas cosas.
Que la empresa se divida a partir de una familia enojada, puede crear un entorno de alta competencia. El caso de las empresas Adidas y Puma ejemplifican a la perfección las empresas familiares disfuncionales.
Los hermanos Adolf y Rudolf Dassler creadores de la marca deportiva Adidas, terminaron por dividirse debido a diferencias personales irreconciliables, tal como lo señala el libro Sneaker Wars: The Enemy Brothers Who Founded Adidas and Puma and the Family Feud That Forever Changed the Business of Sports.
¿Qué acciones se pueden tomar para convertir empresas familiares disfuncionales en organizaciones sanas?
Una de las soluciones podría ser la creación de un Consejo Familiar, espacio creado específicamente para favorecer la unidad y armonía. Dentro de éste se pueden abordar conflictos potenciales y encontrar su solución.
Este Consejo Familiar estará regulado por un código, en donde se establezcan ciertas reglas para tomar decisiones sobre aspectos de relevancia para el desarrollo de la empresa.
Según Empresas familiares. Generación a generación, de John A. Davis, estas son las cuatro razones que justifican la creación de un Consejo de Familia:
Es el lugar idóneo para que los parientes conozcan los derechos y responsabilidades inherentes a la propiedad y la dirección de la empresa.
El consejo traza el límite entre la familia y la empresa, dando la oportunidad de ser escuchados por aquellos miembros de la familia alejados de la empresa.
Profesionaliza la toma de decisiones, evitando las precipitaciones de las reuniones informales.
Facilita la generación de un ‘código de intercambios’ y de un plan familiar.
Cabe señalar que antes de plantear la generación de un Consejo Familiar y establecer el Código Familiar, debe haber una reflexión seria y profunda acerca de ser socio de familiares.
Si no existe la seguridad de participar totalmente en el proyecto, la mejor decisión será no involucrarse en el proyecto empresarial y buscar una separación amable y negociada.
La prevención en las empresas familiares
La regla de oro es la prevención para ir un paso adelante. Si la empresa espera a que el conflicto sea evidente, lo que ocurrirá es que la familia terminará dividida.
La prevención contra la empresas familiares disfuncionales va de la mano con los valores y la educación transmitida desde la célula familiar. Si esto se lleva a cabo de manera favorable, se generará una sana convivencia que desarrollará un espíritu incluyente, de calidez, aceptación, apertura y agradecimiento dentro de la organización.
Es preciso que los integrantes de las empresas familiares saquen el mayor provecho del conflicto y logren dinámicas de crecimiento para convertirse en mejores compañías que generen una mejor sociedad.