Hay dos fenómenos en el ámbito laboral que, en inglés suenan igual pero se refieren a situaciones de la vida laboral completamente distintas: el Boreout y el Burnout.
El Burnout se podría traducir como el síndrome de desgaste laboral, mientras que el Boreout es el síndrome de aburrimiento laboral.
El síndrome de agotamiento laboral tiene muchos años, al menos tres décadas, mencionando esta forma de apegarse al trabajo, donde las personas convierten el trabajo en una especie de adicción, un ejemplo: es cuando se llevan el trabajo a casa, etcétera, sacrificando su vida personal. Las familias han hablado mucho de este tipo de culturas que se van creando alrededor de estos comportamientos.
Existen esas personas que constantemente te animan a trabajar más duro. Ellas creen que no tienes que trabajar duro, sino que lo importante es dejar la piel en el trabajo: llegar más temprano, hacer más cosas, y demás. Todas estas ideas tienen algo positivo y hay que aprovecharlas, pero siempre que mantengamos nuestra definición de vida personal separada de nuestra actividad profesional. Tú eres mucho más que lo que haces. Somos un universo de posibilidades, riquezas y capacidades de gestión e interacción humana. Cada persona puede ser mil cosas, y en la medida en que ampliamos nuestras experiencias, crecemos.
La meditación permite enfrentar los problemas de trabajo con mayor tranquilidad. La presión por el desempeño me hace disfrutar con mayor profundidad los momentos de esparcimiento. La familia me permite darme cuenta del valor de mi trabajo. El síndrome de desgaste tiene que ver con la reducción de la autoestima, la depresión y otros procesos psicológicos.
De alguna manera, esto podría pensarse desde la óptica de un modelo de trabajo que no alimenta el compromiso, sino que lo amenaza. ¿Qué le pasa a una persona que tiene que trabajar tanto tiempo? Las personas se aburren y no encuentran enriquecimiento individual. Básicamente, hacen lo que tienen que hacer de manera mecánica, porque saben que sus labores son artificiales. Por lo tanto, pueden fácilmente reportar una disminución intelectual y de interés.
Los dos extremos, en el fondo, valoran la identidad de una persona. Lo más fácil es cambiar de trabajo en el mercado laboral, no es fácil este proceso. Quizás no esperes que venga alguien a arreglar las cosas, sino que tú mismo puedas transformarlas, modelarlas, aplicarles tu toque personal y explicar lo que haces. Es importante que lo hagas a tu manera para llegar más lejos y disfrutar del proceso.
Esto lo podemos resumir en una frase de Wayne W. Dyer “Cuando cambiamos la forma de mirar las cosas, las cosas que miramos cambian”. Si veo el trabajo como si fuera lo único que tiene valor y acabó desgastando en el trabajo. Si veo el trabajo como algo que no me compromete y no puedo hacer nada, me desmotiva. También me acabo aburriendo.
Lo justo es tener la amplitud de intereses, diversidad y por supuesto una visión del trabajo que puedo hacer mío, modificarlo, construirlo y en ese sentido crecer.