Durante la primera semana de agosto se lleva a cabo tradicionalmente el Claustro Anual de IPADE. Esta es una reunión muy esperada por profesores y directivos, no solo por ser una gran oportunidad para establecer o profundizar lazos de amistad y de colaboración académica y profesional con nuestros colegas, sino por ser un espacio único de planeación del ciclo que comienza y de reflexión sobre los grandes retos de la sociedad actual, permitiéndonos interactuar con reconocidas figuras de otras escuelas e instituciones de clase mundial.
Cada año, el Claustro gira alrededor de algún tema sobre el que la Dirección General nos invita a pensar. Desde hace un par de años, se decidió aprovechar este espacio para profundizar nuestra comprensión de los cinco valores de IPADE: la Unidad, la Excelencia, el Trabajo, el Espíritu de Servicio y la Trascendencia, buscando ayudarnos a vivirlos en nuestro quehacer cotidiano, para no ser solo palabras en un papel sino que en verdad distingan a nuestra institución y a todos los que colaboramos en ella. En esta ocasión, fue el turno del valor del Trabajo, un trabajo que se debe caracterizar por estar bien hecho, por llevarse a cabo con propósito y con entrega.
En este contexto, tuvimos la oportunidad de escuchar a Arthur Brooks, profesor de Práctica de Liderazgo Público en la Harvard Kennedy School, y profesor de Práctica de Gestión en la Harvard Business School, donde imparte cursos sobre liderazgo, felicidad y gestión de organizaciones sin fines de lucro. El Prof. Brooks es también autor de varios libros, algunos de los cuales se encuentran entre los más vendidos de la lista del New York Times.
Brooks participó en el Claustro de IPADE con una interesante conferencia titulada: The secrets of self management (Los secretos de la autogestión), la cual tuvo un gran impacto en todos los asistentes, no solo por la claridad de sus ideas sino por su gran capacidad de comunicación y empatía, así como por la utilidad de las recomendaciones concretas que nos compartió. Como sugiere su título, la plática se enfocó en la importancia de la autogestión, es decir de la propia maestría y control sobre nuestras emociones, nuestros afectos, nuestros pensamientos y nuestras acciones, para lograr esa meta tan ansiada por todos que es la felicidad. Una felicidad que se irá forjando como fruto de nuestras propias decisiones y de nuestras propias acciones, y que no dependerá de las circunstancias en la que nos encontremos, que pueden ser favorables o, muchas veces, objetivamente adversas. Muchas de las recomendaciones para lograrlo, surgidas de su experiencia personal, así como de una rigurosa investigación científica, están contenidas en su libro más reciente, escrito junto con Oprah Winfrey, “Build the Life you Want, the Art and Sciene of Getting Happier” (Construye la Vida que Quieres, el arte y la ciencia de ser más felices)
Es verdad que estas ideas no son nuevas, son parte fundamental de la filosofía de grandes pensadores de la historia, desde Aristóteles, quien decía que la felicidad se logra a través de la práctica de la virtud y de vivir de acuerdo con nuestra naturaleza humana, y de Platón, quien aseguraba que “el hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”. También han sido parte de las enseñanzas de muchos santos, como San Josemaría Escrivá, quien nos recordaba con frecuencia que “lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado”, así como de aquellas de grandes pensadores contemporáneos, como Viktor Frankl en el s. XX, o Jordan Peterson en la actualidad. Sin embargo, Brooks presenta estas ideas con una renovada frescura y un tono positivo y entusiasta, adecuado a la cultura y al lenguaje de la actualidad y, por tanto, de manera muy atractiva.
Algo interesante es que Brooks no es, por su formación profesional, filósofo o psicólogo, sino… redoblar de tambores… ¡economista! Con una licenciatura y una maestría en Economía y un PhD en Políticas Públicas, inició su carrera como investigador en temas de economía y gobierno. Antes de incorporarse a Harvard, se desempeñó durante 10 años como investigador y Presidente del American Entreprise Institute (AEI), uno de los think-tanks de mayor prestigio en los Estados Unidos, enfocado en temas relacionados con políticas públicas y buen gobierno que promueve las ideas de la empresa privada, el gobierno limitado y el capitalismo democrático.
La transición de Brooks de la investigación de la economía a la investigación de la felicidad no es tan extraña como podría parecer. Uno de los temas recurrentes en sus trabajos es la exploración de cómo los diferentes sistemas económicos crean un ambiente propicio o, por el contrario, dificultan el que las personas puedan buscar la felicidad. En su libro “Gross National Happiness”, que se podría traducir como “Felicidad Nacional Bruta”, un juego de palabras que hace alusión al “Producto Interno Bruto”, investiga qué personas reportan mayor nivel de felicidad en los Estados Unidos, llegando a la conclusión que son aquellas que viven los valores de la fe, la caridad, el trabajo duro, el optimismo y la libertad individual y que, por el contrario, la dependencia del Estado para resolver los problemas y proveer una excesiva protección de la incertidumbre y los vaivenes del mercado fomenta la infelicidad.
Durante su tiempo en el AEI, una de las mayores contribuciones de Brooks fue una defensa incansable del sistema del libre mercado, pero no en base a su mayor eficiencia o capacidad para producir más bienes y servicios y, por tanto, mejorar la calidad de vida de la gente (en contraste con el socialismo que solo lleva al estancamiento y la perpetuación de la pobreza, algo que nadie que esté medianamente informado puede poner en duda). Su defensa del sistema de libre empresa se basa en argumentar que es superior moral y éticamente, ante aquellos que piensan que el socialismo es más “humano” porque tiene como objetivo una “justa” distribución de la riqueza, a diferencia del capitalismo, que está basado supuestamente en la explotación y es indiferente ante el sufrimiento ajeno. Nada más alejado de la realidad, explica Brooks en su libro “The Road to Freedom” (y en este simpático video que lo resume https://www.youtube.com/watch?v=7NfLUCBZ1is), en el que plantea que la defensa de la superioridad moral del sistema de libre empresa se basa en tres pilares: 1) abre la posibilidad a una felicidad duradera, 2) es, en realidad, más justo y equitativo, y 3) es el más adecuado para permitir el avance y progreso de las personas más vulnerables. Es decir, es el más acorde con la dignidad de la persona y el que más promueve un verdadero Bien Común.
Podemos afirmar que Brooks, a lo largo de su trayectoria profesional, ha ido de lo “macro” a lo “micro” en su búsqueda de entender y compartir con los demás que es lo que nos lleva a ser felices, basado en datos y evidencia. Algo que, sin duda, hace mucha falta.