El avance tecnológico tiene repercusiones en la vida de las personas. El internet precede
a los teléfonos inteligentes; hablamos de que tenemos internet desde principios de los
años 90 ya en su totalidad. Sin embargo, hasta que aparecieron los teléfonos
inteligentes internet da un giro repentino. Hoy no nos podemos imaginar la vida sin un
teléfono inteligente.
La IA se refiere a la capacidad de ciertos sistemas que permiten establecer relaciones
causales aparentemente complejas. La inteligencia humana tiene que ver con la
capacidad de asociar ideas y la IA más actual ya es capaz de hacer esto. Por otro lado, la
robótica tiene décadas de existir y tiene que ver con la automatización.
La automatización supuso la segunda y tercera revolución industrial. Con el internet
habíamos logrado acceder a la automatización de las tareas lógicas, pero realmente no
fue tanto así. La IA es capaz de generar conceptos intelectuales no atados a una
repetición y si a esto sumamos que en cierto momento la vamos a poder relacionar con la
robótica, hablamos de una interacción física con las inteligencias artificiales.
Esto probablemente se convertiría en el inicio de una nueva revolución industrial. Se
trata de elementos físicos en la realidad que pueden establecer tareas intelectualmente
equiparables a las del ser humano. Sin embargo, igualar las tareas humanas parece
todavía muy complejo.
Es más fácil que estas tecnologías sustituyan las actividades más prácticas que las
creativas. Una IA probablemente podría dar un diagnóstico médico 99% preciso, pero al
momento de estar postrado en una cama vas a esperar que alguien sea empático contigo.
Estamos en medio de cambios muy interesantes en los que se están revalorizando las
oportunidades de trabajo que requieren una alta incidencia del trato humano. Hoy más
que nunca se ha vuelto más importante desarrollar pensamiento crítico y capacidad
dialógica, es decir, establecer contacto con otros, escuchar ideas y construir con otros,
porque una vez que se lleve a cabo esta transición tecnológica, una máquina podría poner
en acción nuestras estrategias.
Tenemos que estar muy atentos al momento en que se fusionen la robótica y las IA, y el
impacto que va a tener en la vida de las personas. Si queremos tomar el futuro en
nuestras manos, tenemos que enfrentarlo de inmediato: dialogar sobre el tema y pensar
en sus alcances. Necesitamos construir comunidades que sepan aproximarse a estos
recursos y manejarlos de manera humana, sin dejar de lado lo crítico y lo ético.
Jorge Arturo Llaguno Sañudo
Profesor titular del área de Análisis de Decisiones
Semblanza
Es profesor de las áreas de Factor Humano y de Análisis de Decisiones de IPADE, y director adjunto de la Dirección Programas In-Company. Ingeniero Industrial por la Universidad Panamericana, doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones por la Universidad de Navarra; tiene un Máster en Dirección de Empresas por IPADE (MEDE) y una maestría en Historia del Pensamiento por la Universidad Panamericana.
Consultor de empresas en temas como liderazgo, trabajo en equipo y negociación, así como en asesoría de empresas familiares. Ha sido profesor de Factor Humano y Administración General en el Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo (ICAMI).