La historia de Mondelēz empieza hace 95 años. En 1927 nace Clorets, tiempo
después Philadelphia y después Oreo. En 2022 la compañía adquiere Ricolino.
Actualmente la presencia de Mondelēz en México es muy amplia. Tenemos alrededor de
15,000 colaboradores y una gran parte de esa población está en plantas.
Contamos con una enorme planta de producción de galletas en Monterrey, otra en
Ecatepec que hace el queso Philadelphia, y otra en Puebla, que es la que hace Clorets y
Halls. Con la nueva adquisición contamos con una planta en Guadalajara, la planta de
dulces Vero. En Toluca se producen las paletas Payaso y el Bubulubu, y en Matehuala se
elabora la cajeta Coronado, lo que nos da presencia en todo el país.
México ha sido un país naturalmente exportador. Por ejemplo, la mitad de la producción
de la planta de Puebla se va para otros países, así como el 90% de la planta de galletas.
Las plantas de Ricolino exportan tanto a Centroamérica como a EUA, e incluso lugares
más exóticos como Corea.
Ricolino ha sido para nosotros una adquisición transformacional que nos ha permitido
duplicar el tamaño del negocio en México y multiplicar por cuatro las rutas que tenemos
en el mercado. Una categoría muy importante en la que nos favorece es la del chocolate.
Ricolino es una compañía muy bien anclada con el mercado mexicano, por lo que
creemos que todo ese conocimiento va a ser muy importante para nosotros.
Uno de los retos fundamentales que tenemos delante es cómo integramos dos negocios
exitosos y hacer que sigan creciendo. También nos preocupa que tenemos una diferencia
muy importante en sistemas que vamos a tener que cubrir; la parte que engloba todo esto
son las diferencias culturales y que los negocios operan de formas distintas.
Mi primera labor como CEO es ser el embajador de esta nueva cultura e identidad.
También debo asegurarme de que la continuidad del negocio suceda a medida que
vamos cambiando cosas y asegurarme de proveer a los equipos con el suficiente espacio
y recursos para que se pueda hacer esta labor tan compleja de integración.
Hay dos características de liderazgo que debemos buscar. Por un lado, un liderazgo
empoderador donde realmente los equipos puedan operar de forma autónoma, pero a la
vez conectada, y donde podamos dar a la gente la oportunidad de tomar esas decisiones
y llevar adelante los proyectos.
La segunda es garantizar que existan esas conexiones. Lo más importante de una
empresa son las personas y éstas no se pueden tratar como recursos financieros o
recursos predictivos.
Rosa Paulina López Pérez
Profesor en formación del área de Control e Información Directiva
Semblanza
Es profesora del área de Control e Información Directiva. Licenciada en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Posee un Máster en Dirección de Empresas (MEDE) por IPADE.
Es consultora de diversas empresas y fue consultora en Jalt & Sons Group y directora en Dirección, Administración, Construcción y Acabados, S.A. de C.V.