La inteligencia estratégica es la parte de investigación de mercado. Debe tener un análisis que nos lleve a tomar o plantear alternativas estratégicas que decidir: investigación cualitativa, cuantitativa, etc. De esta manera, estamos en posición de entender lo que es el comportamiento del cliente. Entender al cliente desde el punto de vista de sus motivadores, deseos y necesidades.
La dinámica de compra implica un proceso en el cual tenemos que estar pendientes de qué está pasando con la mente del consumidor en todas las etapas del proceso.
Las unidades de tensión de compra se dan cada vez que compramos algo, no lo decidimos por sí solos, lo decidimos en función de unidades de decisión de compra. Hacemos una segmentación de mercado, sobre todo desde el punto de vista sociodemográfico. Hay productos masivos en los cuales hay que entender las necesidades del cliente.
El posicionamiento es lo que nos viene a la mente cuando se menciona una marca, es una razón de compra. Toda vez que tenemos el posicionamiento, estructuramos el valor y desarrollamos el concepto de negocio; anteriormente esto se centraba exclusivamente en el producto, ahora lo centramos en toda una experiencia del cliente.
Estamos en posición de comunicar la propuesta de valor que generamos para estimular las emociones y los sentimientos, que realmente son ellos los que deciden sobre las opciones. Cuando se logra esa percepción, entonces se da el posicionamiento.