Las finanzas verdes son aquellas actividades financieras estructuradas que integran factores medioambientales en la toma de decisiones financieras estratégicas. Por ejemplo, se destinan ciertos recursos o proyectos que no solo generen beneficios financieros sólidos, sino que también ayuden a combatir el cambio climático y proteger el medio ambiente.
Las finanzas sostenibles (ASG) son aquellas actividades financieras estructuradas que incorporan factores ambientales, sociales y de gobernanza en la toma de decisiones financieras, con el objetivo de proporcionar valor a largo plazo para los diferentes grupos de interés. La implementación de estos temas en la estrategia de una empresa es crucial por varias razones:
Responsabilidad corporativa: Las empresas deben asumir un papel activo en la protección del medio ambiente y la promoción de prácticas sostenibles. Integrar finanzas verdes y sostenibles demuestra su compromiso con la responsabilidad social y ambiental.
Mitigación de riesgos: Considerar factores medioambientales y sociales ayuda a prevenir riesgos financieros a largo plazo.
Reputación y atracción de inversores: Las empresas que adoptan prácticas sostenibles atraen a inversores conscientes y preocupados por el impacto ambiental y social. Esto mejora su reputación y acceso a capital.
Cumplimiento normativo: Cada vez más regulaciones exigen a las empresas informar sobre su desempeño ambiental y social. La implementación de finanzas sostenibles garantiza el cumplimiento legal.
Integrar la sostenibilidad corporativa en la estrategia de la empresa implica identificar oportunidades y gestionar riesgos para crear valor a largo plazo para los grupos de interés. Por ejemplo, en la identificación de oportunidades, podemos encontrar nuevos mercados, productos, servicios y fuentes de ingresos. Al capturar valor de estas oportunidades, se traduce en un impacto positivo en el estado de resultados, el balance general y el flujo de efectivo de la compañía.
Históricamente, se ha percibido que el objetivo de la empresa es maximizar el valor para los accionistas. Sin embargo, esta perspectiva limitada excluye a todas las demás partes interesadas que también se ven afectadas por la empresa. Todos aquellos con una relación directa o indirecta con la empresa forman parte de los grupos de interés, incluyendo inversores, accionistas, comunidades y gobiernos. Es crucial considerar sus expectativas y necesidades para lograr un futuro más sostenible, justo y próspero para todos.
Todas las preocupaciones de estos grupos se integran en la estrategia corporativa de la empresa y afectan la toma de decisiones. Al hacerlo, es posible mitigar riesgos y también identificar oportunidades. Al aumentar la confianza con las partes interesadas, se agrega un mayor valor intrínseco a la compañía.
Actualmente, tanto las empresas como los inversores reconocen los beneficios de integrar los aspectos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) en la estrategia corporativa. Esto puede crear valor a largo plazo para los grupos de interés.