México, al igual que algunos otros países de América Latina, tiene una gran cantidad de emprendedores que si les vamos agregando el sentido social de manera más profunda y sumando la potencia de la tecnología, pueden hacer crecer de manera más exponencial sus conceptos y su alcance; es una combinación muy importante que como país tenemos la posibilidad de explotar. Tenemos grandes empresarios fuertes, resilientes, arriesgados, que si incrementan un poco más el sentido social; que va más allá de un empleo y un sueldo que aporta mucho, se tiene que ir a más para crecer sus negocios.
El impacto social de un espíritu emprendedor, debe dar un sentido impacto social en nuestros usuarios, a nuestros clientes, buscar a través de la tecnología. Tiene un alcance mucho más amplio.
Los restos que están surgiendo del director tradicional deben ajustar su mindset, este cambio de cómo mejorar su negocio de siempre y ajustarse a tecnología, diseñar propuestas, estar dispuestos a gestionar talento local, es posible contratar gente todo el mundo, es muy importante ajustar la cultura tradicional, al ritmo de tecnología, cuya cultura tiene un dinamismo y un acelere. Ahí es donde el talento del director puede llegar a poner orden, ajustar sus modelos de gestión y subsistemas de control para los distintos órganos.
Es una configuración distinta la interacción entre negocios tradicionales y tecnológicos con los equipos clave del trabajo. Los negocios tecnológicos, utilizan plataformas de interacción en tiempo real, donde se manejan las cosas a otro ritmo y también el liderazgo en uno y otro tipo de negocio tiene que ser distinto, se tiene que aplicar de manera distinta, y todo esto es posible cuando has desarrollado un negocio tradicional, se puede adaptar toda esta experiencia y los ajustes que implica la tecnología.