Lo que sucede cuando el empresario no toma responsabilidad social, es que otorga al sector político la toma de decisiones acerca del rumbo del país.
Naturalmente toda actividad económica está ligada con el quehacer social. Por ello, es imprescindible que los empresarios en México tomen consciencia de su responsabilidad social en las políticas públicas. Esto ya lo hacen los empresarios de los países desarrollados. Dicha actitud implica involucrarse en el diseño de instituciones que velen por los intereses de la sociedad en general.
El poder del empresario y su responsabilidad social
Una obligación de las organizaciones debería ser el estar pendiente de las necesidades del entorno, pues de ninguna manera se encuentran aisladas.
Con base en esta premisa, nuestro país requiere también la participación de los empresarios. Ellos cuentan con características de liderazgo y un mayor criterio de optimización de los recursos, que se pueden utilizar en la creación de políticas públicas.
Por tanto, en la medida en que esas políticas promuevan el bien común, la seguridad y la transparencia en un Estado de Derecho, se beneficiarán las propias empresas.
Lo que sucede cuando el empresario no toma responsabilidad social, es que otorga al sector político la toma de decisiones acerca del rumbo del país. Aunque en realidad no podemos decir que no participa, simplemente se esconde al sentirse amenazado por la autoridad.
El actuar del empresariado mexicano
Es muy común ver en nuestro país la desunión del sector empresarial. Esto retrasa el avance a nivel económico, porque no hay innovación, ni creatividad. Ambos elementos son necesarios para generar competitividad y crecimiento.
El problema que generan la impunidad y la corrupción es que merman la responsabilidad política del empresario, la cual en realidad comienza con ser socialmente responsable.
Nada tiene que ver esto con la militancia en algún partido político. En realidad, la responsabilidad social se refiere a ser solidario con personas que tienen menos recursos o que tienen necesidades diferentes.
Ser políticamente responsable tampoco significa generar nuevas leyes, pero sí poner los medios para hacer valer las que ya existen; y los empresarios son fundamentales en este proceso.
Un país moderno no está esperando que lo gobiernen, sino que se gobierna a sí mismo en el cumplimiento de la ley. De esta manera, las pequeñas acciones de responsabilidad social que realice el empresario en su día a día, y en su propio medio, son las que realmente harán el cambio en todos los niveles: cultural, económico, político y social.