La conciencia es la voz de Dios y el vínculo con nuestra misión en la vida. Para encontrarla, es esencial desarrollar humildad, superar nuestras limitaciones y prestar atención a las señales que la vida nos presenta. Este viaje espiritual no puede ser reducido a principios generales o recetas universales, como las que ofrecen los libros de superación personal.
La búsqueda de nuestra misión es una aventura única que cada individuo debe emprender desde su interior.