En el ámbito de los negocios, un dicho de la organización Alcohólicos Anónimos resume una verdad clave: “Si trabajas y te preparas, funcionará“. A este, se suma otro refrán igualmente valioso: “El enemigo no es el que te sorprende“.
Monitoreo constante del entorno
Para identificar a tu enemigo, es crucial mantener un monitoreo constante del entorno. Esto implica calibrar tus fuerzas y realizar un diagnóstico preciso de tus debilidades. Observar el entorno debe hacerse desde tres perspectivas: en primer lugar, hacia el futuro, no solo a corto plazo. Aunque el horizonte a largo plazo puede parecer incierto debido a los últimos acontecimientos, es esencial mantener una visión prolongada, ya sea de tres meses o incluso de un año. Esto permite identificar las tendencias en el mercado y comprender lo que está ocurriendo en el contexto más amplio.
Compartir la visión con el equipo
Una de las claves para el éxito en la gestión empresarial es compartir la visión de lo que se cree que sucederá con el equipo de trabajo. La colaboración y el intercambio de ideas son fundamentales para tomar decisiones acertadas. Está comprobado que las mejores decisiones se toman cuando las conciencias se alinean, y el trabajo en grupo mejora la calidad de las soluciones. Es fundamental fomentar un ambiente donde las ideas fluyan y los objetivos comunes sean claros para todos.
Preparación para nuevas realidades
Estar preparado para las nuevas realidades del mercado y el entorno económico no solo permite identificar nuevas oportunidades, sino también detectar amenazas importantes. Lo más relevante es que esta preparación permite a los líderes adquirir las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos que puedan surgir. Conocer las limitaciones propias también es crucial para poder abordar los obstáculos de manera efectiva.
Aprender y desaprender
Una frase célebre de Alvin Toffler, autor de El shock del futuro, resalta una de las habilidades más importantes en el siglo XXI: “Los analfabetas del siglo XXI no son aquellos que no saben leer ni escribir, sino los que no saben aprender y desaprender rápidamente“. En un mundo que cambia a un ritmo acelerado, la capacidad de adaptarse y desaprender lo que ya no funciona es fundamental para mantener la competitividad.
Enfrentando tiempos difíciles
Vivimos tiempos de incertidumbre y desafíos constantes. En una reciente reunión, se discutió cómo abordar una crisis y cómo gestionar los cambios necesarios para superarla. En tiempos de crisis, las empresas se ven obligadas a cuestionar sus procesos y estrategias. Las soluciones no surgen por sí solas; es necesario encontrar nuevas formas de resolver los problemas. Durante una crisis, las organizaciones suelen estar más dispuestas a hacer cambios significativos y a implementar nuevas soluciones, lo que puede ser una oportunidad para la innovación y la mejora.