Cifras históricas de inversión extranjera
En el tercer trimestre de 2024, México alcanzó una cifra histórica de inversión extranjera directa, con 35,700 millones de dólares. Esta cifra representa un máximo histórico para un tercer trimestre desde que se comenzó a registrar esta estadística. El sector más atractivo para la inversión extranjera sigue siendo la industria manufacturera, que ha concentrado casi el 54% de los flujos. Los principales países de origen de esta inversión incluyen a Estados Unidos, Japón y Alemania, con un creciente interés por parte de países europeos como los Países Bajos y Bélgica. Además, varios países latinoamericanos, como Argentina, continúan aumentando su presencia en el mercado mexicano, consolidándose como actores clave en este flujo de capitales.
Distribución geográfica de la inversión
A nivel geográfico, los estados con la mejor infraestructura y logística siguen siendo los principales destinos de inversión extranjera directa. Entidades como Nuevo León, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, San Luis Potosí y el corredor del Bajío se mantienen como las principales regiones receptoras. Recientemente, estados del sureste como Quintana Roo, Tabasco y Veracruz han comenzado a destacar, lo que sugiere un posible cambio en la distribución territorial de las inversiones. Este fenómeno podría representar un paso positivo hacia una mayor democratización de la inversión extranjera en el país.
Preocupaciones en la relación bilateral con Estados Unidos
La relación bilateral entre México y Estados Unidos ha sido fuente de incertidumbre, especialmente con la llegada al poder del presidente Donald Trump. Las expectativas indican que el panorama internacional para México podría complicarse, lo que obligará al país a emplear sus mejores habilidades de negociación para salvaguardar sus intereses ante los posibles cambios en los acuerdos comerciales y económicos que Estados Unidos podría proponer.
Debilitamiento de las finanzas públicas
Uno de los temas más preocupantes en la actualidad es el debilitamiento gradual de las finanzas públicas de México. Los ingresos tributarios no superan el 14% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra insuficiente para cubrir las necesidades del país. Este déficit está estrechamente vinculado al alto nivel de empleo informal, cuya tasa, aunque ha mostrado una ligera disminución en la última década, sigue siendo considerablemente elevada, alcanzando un 54.6%. Además, el gasto neto total del gobierno representa aproximadamente el 26% del PIB, lo que podría resultar insuficiente para atender los servicios públicos esenciales. Existe también una creciente preocupación por la asignación de estos recursos, ya que algunos proyectos de infraestructura y sociales no siempre parecen justificados en términos de productividad y rentabilidad. Es fundamental que la administración actual realice un análisis más profundo y serio de los proyectos para asegurar un uso más eficiente y responsable de los recursos públicos.
Aumento de la deuda pública
Un resultado directo de la baja recaudación y el gasto público inadecuado es el incremento de la deuda pública, que actualmente ha alcanzado niveles sin precedentes. Hoy en día, la deuda pública de México representa alrededor del 50% del PIB. Aunque este nivel podría no ser alarmante en comparación con otros países, es importante considerar que México no posee la misma fortaleza institucional que naciones desarrolladas como Estados Unidos y Japón, los cuales presentan una tasa de deuda pública incluso superior.