Desafíos para México en 2025
México enfrenta importantes desafíos en el año 2025. En el ámbito de la política exterior, el principal reto proviene de la figura de Donald Trump, cuya retórica agresiva y políticas podrían afectar la relación bilateral entre México y Estados Unidos. A nivel interno, el país también se encuentra con retos significativos, como la concentración de poder, la supermayoría del partido en el gobierno y las diversas reformas que se han presentado y que seguirán siendo propuestas a lo largo del sexenio.
Reflexión sobre la democracia
En este contexto de incertidumbre, resulta crucial reflexionar sobre el concepto de democracia y qué factores la fortalecen. La pregunta es: ¿qué pueden hacer los ciudadanos para que la democracia en México sea más robusta? Solo a través de una estabilidad jurídica, un Estado de derecho sólido y una democracia bien estructurada será posible asegurar el crecimiento del país y el respeto a los derechos de todos.
Definición mínima de democracia
La democracia, en su definición más elemental, es un sistema político en el que los ciudadanos pueden participar activamente en la toma de decisiones políticas, eligiendo y removiendo gobiernos a través de elecciones justas y transparentes. En este sentido, la democracia está pensada para los “perdedores”, ya que permite que las minorías en una elección puedan eventualmente convertirse en ganadoras en el futuro. Si esta posibilidad no existe, o si el terreno de juego está desequilibrado, no se puede considerar que exista una democracia genuina.
Protección de las minorías
La democracia también está pensada para los “perdedores” en un sentido más amplio. Aunque las mayorías son quienes toman las decisiones, deben existir pesos y contrapesos que limiten el poder del gobierno para proteger a las minorías. En una democracia liberal y republicana, es fundamental garantizar los derechos esenciales de las minorías, asegurando que estas no queden desprotegidas ante las decisiones mayoritarias.
Indicadores de una democracia saludable
Algunos de los principales indicadores de una democracia saludable incluyen la existencia de pesos y contrapesos, una clara división de poderes, respeto a la libertad de expresión y la organización de elecciones justas y transparentes. Estos elementos suelen darse cuando las instituciones electorales son independientes y autónomas respecto al poder político.
Responsabilidad de las élites políticas
Las élites políticas tienen una responsabilidad fundamental en la protección de la democracia. Los ciudadanos deben exigir a estas élites que promuevan una política de contención institucional, evitando el uso del poder del gobierno para reprimir o atacar a los opositores. Además, es crucial que no se generen condiciones que favorezcan un campo de juego desigual en el ámbito democrático.
Construcción de una cultura democrática
La democracia no depende exclusivamente de las élites políticas; también requiere la participación activa de todos los ciudadanos. Es necesario construir una cultura democrática basada en ciudadanos informados y comprometidos, capaces de exigir rendición de cuentas, movilizarse, crear puentes entre diferentes grupos sociales y generar el capital social necesario para fortalecer las instituciones. Asimismo, es esencial que los ciudadanos defiendan los derechos humanos y las libertades fundamentales, expresándose claramente en contra de posibles abusos de poder.