La transformación de la policía en Nezahualcóyotl: un nuevo modelo de seguridad
Cuando pensamos en la policía, a menudo nos viene a la mente la inseguridad y la desconfianza. Esta percepción se intensificó en Nezahualcóyotl, donde la comunidad consideraba que la mayor calamidad era precisamente su propia policía. Ante este panorama desalentador, se hizo urgente cambiar el modelo de seguridad, un gran desafío debido a la corrupción y la violencia que había permeado a estos cuerpos de seguridad.
Un nuevo comienzo
Uno de los primeros pasos en este proceso de transformación fue establecer un pacto claro con los policías. Desde el primer día, se redactó un decálogo que fue presentado ante toda la población policíaca en el Ayuntamiento de Nezahualcóyotl. Este decálogo establecía principios fundamentales: no a la violencia, no a la corrupción, no a los negocios ilícitos, y un compromiso absoluto de servir a la comunidad.
Medición de resultados y responsabilidades
La implementación de este nuevo modelo no se limitó a buenas intenciones. Se establecieron mecanismos precisos para medir la responsabilidad y el cumplimiento de cada uno de los policías y sus mandos. El incumplimiento de las normas tendría consecuencias claras. Aquellos que demostraran un buen desempeño recibirían estímulos, recompensas y oportunidades de crecimiento, mientras que los que no cumplieran serían sancionados. Este pacto inicial fue crucial para sentar las bases de una nueva cultura dentro de la corporación.
Retos y oportunidades
El camino hacia la transformación no estuvo exento de retos. Nos enfrentamos a tres grupos principales dentro de la policía. Uno de ellos estaba escéptico y quería comprobar si realmente se aplicarían las nuevas reglas. Una minoría delictiva, que se resistía al cambio, comenzó a desafiar a la autoridad. Sin embargo, había también un grupo que anhelaba una nueva policía y un servicio renovado. Este último grupo fue fundamental para el inicio del programa.
Resultados tangibles
Un año después de la implementación del nuevo modelo, logramos identificar y clasificar a cada uno de los policías. Aproximadamente 100 agentes decidieron abandonar su puesto en la policía, ya sea porque se sentían incómodos con las nuevas reglas o porque fueron encontrados delinquiendo. La postura del gobierno fue clara.
Desintegración de estructuras
La desintegración de las estructuras tradicionales de la policía ha permitido una revalorización de su función. Se ha comprendido que el mal manejo de la policía no es una fatalidad, sino una consecuencia de un liderazgo deficiente. La creencia de que “la policía es así” ha sido un obstáculo que ha impedido el desarrollo de una cultura de excelencia y profesionalismo.
El liderazgo
El liderazgo es un factor determinante en la calidad del servicio policial. Si la cabeza de la corporación es íntegra y comprometida, es más probable que la institución funcione de manera efectiva. Por el contrario, un liderazgo delictivo puede llevar a la corrupción y al mal servicio. Por ello, es esencial fomentar un liderazgo ético y responsable que inspire a los policías a desempeñar su labor con dignidad.
La dignidad de la profesión policial
La profesión de ser policía debe ser reconocida como digna y necesaria. La comunidad requiere protección y seguridad, y esto debe ser realizado con un alto sentido de responsabilidad y profesionalismo. Sin embargo, el gobierno no ha reconocido adecuadamente esta dignidad, lo que se traduce en la falta de instituciones educativas que capaciten a los policías de manera correcta y hacia un bien.
Capacitación y desarrollo profesional
Es necesario que los policías se capaciten y desarrollen cualidades que superen el promedio de la comunidad a la que sirven. Esto incluye aspectos como la salud física, la condición psicológica y la responsabilidad social. Un policía debe ser un buen vecino, un buen padre de familia y un buen ciudadano. La formación integral es clave para que puedan responder adecuadamente a las demandas de su labor.
La iniciativa “Siempre Alerta”
Surgió como un planteamiento general con el objetivo de transformar la imagen y la labor de la policía en nuestra comunidad. Este programa, que se centró en la literatura y la cultura, se convirtió en un pilar fundamental para el desarrollo personal y profesional de los agentes. La idea era simple pero poderosa: leer un libro cada dos meses y participar en talleres que fomentaran la reflexión y el aprendizaje.
La Importancia de la Lectura en la Formación Policial
La lectura no solo es una herramienta de conocimiento, sino también una vía para abrir la mente y el corazón. A través de “Siempre Alerta”, los policías comenzaron a ver la literatura como una ventana hacia un futuro diferente, alejándose de la imagen del policía corrupto que había marcado su historia. Este cambio de perspectiva fue crucial para que los agentes se sintieran más dignos y comprometidos con su labor.
Talleres de reflexión y aprendizaje
Los talleres organizados por el Ayuntamiento no solo promovieron la lectura, sino que también fomentaron el diálogo y la reflexión sobre temas sociales, éticos y culturales. Los policías aprendieron a cuestionar su entorno y a entender mejor las realidades de la comunidad a la que servían. Este proceso de formación integral les permitió desarrollar habilidades que iban más allá de la mera aplicación de la ley.
Resultados positivos: una policía más confiable
Los resultados de esta iniciativa fueron extraordinarios. Durante los tres años y cuatro meses que duró la primera fase del programa, se observó una notable disminución en los índices de delincuencia. Además, la relación entre la policía y la comunidad mejoró significativamente, generando un ambiente de confianza mutua. Los ciudadanos comenzaron a ver a los policías no solo como agentes del orden, sino como personas comprometidas con el bienestar de la sociedad.
Capacitación integral:
El programa “Siempre Alerta” no solo se centró en la lectura, sino que también incluyó aspectos fundamentales como la salud física y psicológica de los agentes. Esta capacitación integral dotó a los policías de capacidades y cualidades que los diferenciaron del promedio de la comunidad. Aprendieron a responder adecuadamente a situaciones de crisis.